Alejandro Dumas solo vivió cuatro años en el castillo de Monte-Cristo, pero todo en él recuerda al universo del autor de Los tres mosqueteros y El conde de Montecristo. El escritor, que adoraba Saint-Germain-en-Laye y deseaba alejarse de la ciudad, diseñó y mandó construir esta residencia en la colina de Port-Marly en 1844. El castillo de Monte-Cristo recuperó en los años setenta su fastuosidad de antaño y desde entonces abre sus puertas a un público ávido de descubrimientos culturales.

La visita comienza por el castillo, de inspiración renacentista. En el interior, el salón morisco cuenta el día a día de Alejandro Dumas. Después se atraviesa el parque para llegar al castillo de If, un edificio neogótico que albergaba el despacho de trabajo del escritor. Una visita vespertina al castillo de Monte-Cristo nos transporta a la época de Dumas : nos imaginamos el escritor ante las hojas en blanco, oímos el murmullo de los vestidos de las damas que asistían a sus suntuosas recepciones y nos llega el aroma de los suculentos platos que preparaba el propio escritor.